La comunicación, la privacidad y la transparencia se propagan entre las grandes empresas de internet
La compañía de vídeos Youtube anunció el pasado martes, 10 de julio, que invertirá 25 millones de dólares (21,2 millones de euros) para luchar contra la propagación de las noticias falsas. Esta inversión será parte de la plataforma Google News Initiative (GNI). Por otro lado, el vicepresidente de políticas públicas de Twitter, Colin Crowell, ha afirmado que van a desarrollar herramientas de inteligencia artificial contra los bots o cuentas fantasma pensadas para manipular y extender las fake news en la red. Twitter junto con Facebook se han unido para hacer frente a este fenómeno contaminante. Se han aliado con más de 30 medios de comunicación y centros tecnológicos para contrastar las noticias, entre ellos destacan: The New York Times, el Washington Post y la CNN.
En este artículo vamos a tratar la comunicación digital, su control y la transparencia. Lo haremos a través del caso de Facebook. Muchos sabrán que hace relativamente poco tiempo el gigante digital sufrió el que sería el mayor escándalo desde que se fundó la compañía: los datos de 2.7 millones de ciudadanos norteamericanos fueron utilizados por Cambridge Analytica, una firma de consultoría que trabajó para la campaña presidencial de Donald Trump en 2016 y utilizó la información de los usuarios de Facebook para influir en la intención de voto.
Ante esta situación y, frente a la creciente difusión de noticias falsas, Facebook ha tomado ciertas medidas, cambios en la plataforma y la revisión de sus políticas de privacidad y términos de servicio. Esto se resume a modo general en: filtrar mejor todas las noticias, responder con rapidez y eficacia a las denuncias de los usuarios y, por otro lado, reforzar la protección de los datos de todos los que conforman la red.
Para mejorar el servicio de filtrado y combatir las fake newsla red social ha elegido uno de los emblemas de Barcelona, la icónica Torre Glòries (antes Torre Agbar), para instalar un centro internacional desde el que combatirá y borrará todo el contenido nocivo, falso o inapropiado. El centro, es dirigido por la empresa Competence Call Center (CCC), y empleará en los próximos meses a unas 500 personas que trabajarán como moderadores. Este centro, complementará a los que la compañía ya tenía en Essen y Berlín.
¿Qué pueden hacer los usuarios para comprometerse y mejorar esta situación?
Es necesaria más responsabilidad antes de elaborar información, contrastarla siempre entre diversas fuentes. También deberían ser más conscientes de las posibles repercusiones que puede generar la difusión de un elemento compartido.
Está claro, que queda un largo camino para alcanzar la perfecta regulación sobre el uso de internet y las redes sociales, pero vamos por el buen camino. La presencia de estos moderadores evitará que la abundancia de información se convierta en desinformación de los cibernautas. El papel de las empresas y, en concreto, de las grandes multinacionales como Google o Facebook es clave para el desarrollo de una comunicación global, responsable y transparente.
Por otro lado, Facebook se ha adherido al Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) para los Estados de la Unión Europea, que entró en vigor el pasado 25 de mayo. Muchos habrán observado como el buzón de su correo electrónico se llenaba de mensajes relacionados con la nueva ley, pero, ¿qué ha cambiado exactamente?
Lo que cambia es el tratamiento de los datos. La regulación impone más control, de forma que las empresas no puedan hacer lo que quieran con sus datos a no ser que se lo consienta. En el caso de Facebook, uno de los nuevos cambios es la transparencia con la que presenta su relación con la publicidad dirigida. La red social pedirá a la gente revisar la información sobre este tipo de publicidad, y elegir si quieren o no que se utilicen sus datos personales para mostrarles anuncios.
En definitiva, Facebook es sólo un ejemplo, de la importancia que tiene a nivel empresarial estar bien preparados para ofrecer siempre a nuestros clientes la máxima transparencia de lo que se hace con sus datos y del nivel de privacidad de los mismos. Con la nueva ley nadie pierde nada, al contrario, las empresas que ofrecen sus servicios en la red obtienen más confianza de los usuarios, y éstos adquieren conocimiento y control sobre el tipo de uso – político, comercial, sociológico, etc. – que se practica con sus datos.
Fuente de la imagen: WISC TV