MI VISIÓN por Gloria Codinas
Hoy quisiera hablaros del apoyo a la INVESTIGACIÓN, pero no de la fase final del proceso, desarrollo e innovación, de aplicación directa a los productos de la empresa; sinó de la investigación básica, coincidiendo con la presencia de los responsables del IRB Barcelona, centro de referencia en investigación biomédica, en el apartado “La Entrevista” de nuestra newsletter.
Nadie pone en duda que una empresa, para seguir avanzando, debe dedicar recursos a potenciar su I+D+i ya que sólo una empresa que innova conseguirá diferenciarse de su competencia y dar respuesta a las necesidades cambiantes de sus clientes y de su entorno. Por ello, junto con sus proveedores y entidades científicas y académicas, debe esforzarse en identificar nuevos materiales y nuevos diseños que ofrezcan mejores prestaciones y que reduzcan el impacto del producto y de sus residuos en el medio ambiente.
Aunque no siempre se dedica el esfuerzo necesario, todos estaríamos de acuerdo en que esta afirmación tiene todo el sentido.
Mi pregunta, hoy, no se refiere a la investigación enfocada en la actividad de la empresa, sinó a la investigación básica, especialmente la centrada en buscar la cura de enfermedades, basada en la detección de los mecanismos que provocan la enfermedad para poder encontrar la llave que frene estos mecanismos.
¿Hasta qué punto tiene sentido que una empresa apoye la investigación biomédica si no está en la base de su negocio?
Al definir la estrategia de RSC, en el apartado social, se deben valorar acciones que tengan sentido dentro de las líneas estratégicas de la empresa, ya sea en relación con el tipo de producto comercializado o a los intereses de sus colectivos principales, trabajadores y clientes.
Cuando pensamos en los intereses de estos colectivos, la salud es uno de los principales. Todos nos preocupamos por nuestra salud y la de nuestros familiares y amigos y también por las grandes pandemias que asolan las áreas más desfavorecidas del planeta, y tenemos muy claro que la única manera de avanzar es a través de la investigación.
Por ello, al implementar estrategias enfocadas al refuerzo de esta investigación, estamos dando respuesta a nuestros grupos de interés y sólo debemos definir qué línea de investigación puede tener un mayor impacto e interés para nuestros grupos de interés.
Hemos tenido la oportunidad de colaborar con el IRB Barcelona, en relación con su campaña de fundraising “los científicos bailan”. Es un orgullo para nosotros el haber podido conocer desde dentro una institución con personalidades tan relevantes en el campo de la biomedicina como el Dr. Joan Massaguer, presidente de su consejo asesor externo, y el Dr. Joan Guinovart, director del centro, y en el que se realizan avances científicos muy significativos en la lucha contra la diabetes, el cáncer y la metástasis como el obtenido, recientemente, por el equipo del Dr. Eduard Batlle, abriendo la puerta a usar la inmunoterapia para tratar tumores de colon agresivos y sus metástasis, divulgado ampliamente a través de los medios.
Recientemente, asistimos a una jornada organizada conjuntamente por el IRB Barcelona y Esade, bajo el título “Reto metástasis, de la investigación al impacto social”, una jornada muy interesante por la calidad de los ponentes y los temas que se trataron allí. Uno de los temas clave que se planteaban era el de la financiación de centros como éste, que funcionan, principalmente, a partir de subvenciones institucionales y becas tanto a nivel local como a nivel europeo, pero, también, de donaciones y aportaciones de empresas. El nivel de fondos que reciben marcará la posibilidad de contar con científicos y equipos de primer nivel que marcarán el éxito del trabajo realizado y la inversión facilitará la aceleración de la aplicación de esta investigación a medidas efectivas con impacto social.
Apoyando esta investigación, apostamos por la medicina del futuro y, al mismo tiempo, damos respuesta a las inquietudes que sentimos por la salud de los nuestros, con lo que podemos integrarla plenamente en nuestra estrategia en el ámbito social.
En caso de que no lleguemos a ver materializada la aplicación de estos avances, seguro que nuestros hijos y sus descendientes se beneficiarán de los avances que se consigan y nosotros habremos contribuido a un futuro mejor.