¿Por qué los jóvenes llegan a las empresas llenos de nuevas ideas y después se conforman con cumplir la rutina? ¿Qué tipo de empresas están creciendo? ¿Cuál puede ser mi hueco de mercado en el futuro? La formación ayuda a la retención de talento y a la creación de un equipo humano cohesionado, con miembros más independientes y proactivos que puedan dar respuestas a esas cuestiones.
Antes de nada, debemos plantearnos cuáles son los retos a los que nos enfrentamos en la actualidad.
En definitiva, las organizaciones deben estar en constante evolución y cambio, siendo el capital humano uno de los activos más importantes para detectar nuevas oportunidades e implementarlas, y conseguir así, que el progreso no cese en ningún campo o departamento de la entidad.
¿Cómo consolidarse en el actual entorno socioeconómico?
La respuesta radica en las personas. Disponer de personal cualificado y formado es algo que tienen claro la mayoría de empresas, ya que difícilmente podrían llevar a cabo su actividad, sin esta condición. Pero a veces se cree que la formación es sólo cubrir los requisitos necesarios para el puesto de trabajo y una vez cubiertos, se considera un coste sin retorno o irrelevante.
Nada más lejos de la realidad, ya que la formación en una empresa o institución es necesaria para:
- Aportar valor añadido al equipo humano y cohesionarlo, lo que redunda en aportar valor añadido a los productos y servicios. En este campo, desde 320c&m trabajamos la motivación personal y el “intraemprendimiento”. Un trabajador que aprende nuevas técnicas o conceptos, suele ser un trabajador motivado y que aporta valor.
- Tener un equipo con miembros independientes y responsables, lo que posibilita la delegación de sus directivos, lo que implica que éstos puedan desempeñar tareas de mayor valor para la compañía, tales como planificación estratégica a medio y largo plazo.
- Formar futuros líderes, los líderes más comprometidos de una compañía son aquellos que han crecido y se han formado en ella.
- Retener talento, lo que a corto, medio y largo plazo supone un ahorro de costes a la compañía, desde la perspectiva económica y humana. La fuga de talento y la muerte de la creatividad son las peores perdidas de una organización.
Si siente que su equipo está estancado, que necesita despertar o le interesaría formarles en algún ámbito concreto, significa que quiere lo mejor para su empresa. Una vez convencidos de las oportunidades que nos brinda la formación, hay que diseñar un plan acorde con la estrategia de la empresa y con las expectativas de las personas a las que va dirigida. Nunca se pueden disociar estos dos conceptos.
Muchas empresas cometen dos graves errores cuando programan su formación, el primero es establecerla para cubrir sólo las necesidades de la empresa, y el segundo es no tener en cuenta lo que los empleados necesitan y esperan. No conocer las expectativas de las personas a las que formar suele abocar al fracaso de la acción formativa y es una inversión sin retorno. Pero hacer planes de formación sólo teniendo en cuenta las necesidades inmediatas es tener una visión cortoplacista y que sólo aporta beneficio momentáneo. La formación debe formar parte de los Planes Estratégicos, ya que el despliegue de éstos lo ejecutaran los propios empleados de la compañía.
En 320c&m creemos que la formación de las personas es una eficaz herramienta de gestión por lo que nuestra manera de trabajar es siempre: conocer la organización, sus expectativas, su necesidad, quién conforma el equipo humano y colaborar en diseño y desarrollo de cursos personalizados. Nuestra misión es acompañar a la organización en todo lo relativo al proceso de formación, tal y como se resume en el siguiente panel.
Una organización crece si los miembros de su equipo crecen profesional y personalmente. Para ello, desde 320c&m aconsejamos despertar su interés y motivación; no les informe sobre lo que pueden llegar a ser, fórmeles para que lo consigan.