Desde 1988 se conmemora cada 1 de Diciembre el Día Mundial contra el sida y el VIH, una jornada de concienciación para la que la división específica de la ONU dedicada a esta enfermedad (ONUsida) ha preparado una campaña que invita a ‘levantar las manos’ para prevenir nuevos contagios.
Aunque hoy en día se han producido grandes avances en el tratamiento de pacientes infectados de VIH, siguen siendo necesarios los planes de acción centrados en la educación sobre conductas de riesgo y en la integración de quienes padecen este síndrome.
La lucha contra el sida tiene relación con varios Objetivos de Desarrollo Sostenible: es clave para conseguir el ODS #3, que persigue garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades, pero la erradicación del VIH también tiene implicaciones con otros ODS, como el #1 (terminar con la pobreza), el #16 (fomentar las sociedades inclusivas) y el #17 (reforzar las colaboraciones y alianzas a nivel global).
En los últimos seis años, anualmente se han producido en el mundo 1,9 millones de infecciones de VIH entre adultos (mayores de 15 años). Entre los grupos de población de mayor riesgo de contagio están los trabajadores sexuales, los usuarios de drogas inyectables, las personas transgénero, los presos y los hombres homosexuales: estos sectores concentraron el 45% de todas las nuevas infecciones de sida en 2015 a nivel internacional.
El objetivo con el que están trabajando instituciones y sanitarios respecto al sida consiste en reducir las nuevas infecciones por el VIH en un 75% para el año 2020. Para ello es indispensable mantener y reforzar los programas de prevención, que se sostienen con inversiones públicas y privadas.
Muchas empresas escogen la lucha contra el sida como uno de los leitmotiv de sus estrategias de Responsabilidad Social: se involucran en campañas, financian grupos de investigación o colaboran con programas de salud de instituciones y ONGs. Un ejemplo lo encontramos en la labor de UNICEF en cuanto a infancia y sida, un cuadro de acción que incluye prevención, atención, tratamiento y protección frente al VIH desde el embarazo hasta la infancia, la adolescencia y la juventud, e incluye tanto a las madres como a los niños.
En este documento de ONUsida se explican los puntos clave del programa de las Naciones Unidas sobre el VIH, pensado no sólo para llegar a los mencionados grupos de población en mayor riesgo; también para la sociedad en su conjunto.