En este blog hablamos cada semana sobre estrategias de Responsabilidad Social y de la importancia que tienen para el desarrollo y crecimiento de una compañía, pero ¿sabemos cuáles son los cimientos de una empresa socialmente responsable y plenamente competitiva?
Para eso debemos preguntarnos cuáles son la MISIÓN, la VISIÓN y los OBJETIVOS de nuestro proyecto; identificarlos y asumirlos. Llegados a este punto ¿qué hay del resto de la compañía? ¿Conocen esos ítems los directivos, los empleados, los proveedores? ¿Y los clientes? Deberían.
Ese conocimiento transversal y universal dentro de la empresa es esencial para construir una cultura compartida. Un gestor debe saber hacia dónde debe enfocar sus esfuerzos y en qué valores se sustenta su proyecto y, además, debe transmitirlos a sus empleados. En muchas ocasiones la dirección define una cultura clara de empresa pero ésta sólo llega a los primeros niveles de la organización, que es donde se comparte activamente. Sin embargo, el resto de empresa no llega a veces casi ni a enterarse.
¿Qué hacemos si nuestra organización se encuentra en una situación similar? Es muy importante realizar un trabajo activo de comunicación interna. Esto conlleva identificar los canales y el lenguaje adecuados para llegar a todos los niveles de la empresa de forma que toda esa cultura pueda ser interiorizada y asumida.
En una situación ideal los empleados comparten la MISIÓN, VISIÓN y VALORES de la empresa, pero ¿cómo sabemos si es así? Es muy importante para el buen funcionamiento de la empresa que todos los que trabajan en ella compartan su cultura y la integren en sus comportamientos profesionales; así se consigue que estén alineados con ellos, lo que redunda en una mejora de la eficiencia y del clima en el trabajo.
Esto no se consigue sólo haciendo llegar la información; requiere una comunicación bidireccional. Esto conlleva informar pero, sobre todo, escuchar. Para ello hay que crear canales de comunicación también en sentido ascendente, logrando que la información fluya en la empresa en todos los sentidos. Sólo así podremos responder a la pregunta de si nuestros empleados comparte la MISIÓN y VISIÓN de la empresa.
La generación de esta cultura compartida es clave en situaciones de cambio: compra, venta o fusiones de empresa, cambios de orientación de la actividad, transformación digital, expansión geográfica… En esos momentos es imprescindible generar dinámicas internas que muevan a toda la organización hacia la nueva VISIÓN para conseguir que todos ellos la compartan y se adapten fácilmente a la situación novedosa, alcanzando así una buena gestión del cambio.
Es muy importante integrar estos elementos en los principios de gestión de las pymes donde a veces se dan por sentados sin dedicarles esfuerzo y sin detectar posibles problemas o disrupciones que se generan en la organización y que afectan negativamente a sus resultados.