El primer tratado internacional que recogió el principio de igualdad entre el hombre y la mujer fue la Carta de las Naciones Unidas, firmada en 1945. Fue en 1975, 30 años después, cuando las Naciones Unidas acordaron celebrar el Día Internacional de la Mujer por primera vez el 8 de marzo. En 2016 su razón de ser está ligada al lema ‘Por un Planeta 50-50 en 2030: Demos el paso para la igualdad de género’.
Esta fecha, dedicada a la mujer trabajadora, es un buen momento para recordar qué relación existe entre la Responsabilidad Social Empresarial y la perspectiva de género en cuanto al desarrollo sostenible. La Agenda 2030 de la ONU incluye 17 ODS (Objetivos de Desarrollo) y el número 5 está dedicado a la igualdad de género.
Este 8 de Marzo el mundo está hablando sobre el empoderamiento de las mujeres y sobre el imperativo que existe a nivel mundial de poner fin a todas las formas de discriminación y violencia contra mujeres y niñas. A este lado del mundo, en la España de 2016, también quedan batallas que luchar por los derechos de la mujer, especialmente dentro de los espacios de trabajo. Es en este punto donde se entrelazan los caminos de la RSC y la equidad de género.
En este enlace del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad expone el poder que tienen las empresas -grandes y pequeñas- a la hora de estructurar el modelo de convivencia social entre hombres y mujeres: determinan las condiciones de trabajo y las relaciones laborales y tienen influencia en las cuestiones de género, ya sea limitando o generando oportunidades de desarrollo local en clave de igualdad.
Las políticas de RSE abogan por desarrollar esas oportunidades que equilibran el papel de las mujeres en el día a día de la empresa. Conseguir que desaparezca el denominado ‘techo de cristal‘ o que se corrijan las desigualdades de la brecha salarial entre sexos son metas que atañen a toda organización que tenga una preocupación por ser socialmente responsable también desde una perspectiva de género.
Es necesario un cambio de cultura en parte del empresariado, que cada vez es más consciente de que hay determinadas decisiones que se pueden tomar desde los departamentos de Recursos Humanos para alinearse con los objetivos de la ONU en términos de igualdad: está en sus manos extirpar la discriminación de la mujer en los sistemas de retribución (a igual trabajo, igual salario), potenciar la igualdad de oportunidades en la promoción interna, favorecer la conciliación de la vida laboral con las necesidades personales y familiares y evitar cualquier uso o costumbre de carácter sexista, entre otros puntos.
Para saber más, es posible descargar una guía para PYMES llamada ‘Igualdad y RSE’ que puede resultar muy útil para adentrarnos en esta cuestión.